Siempre he sentido debilidad por la narrativa hispanoamericana del siglo XX de autores latinoamericanos. Descubrí como lectura obligatoria en el instituto la literatura de realismo mágico con la obra Cien años de Soledad del autor y novelista colombiano Gabriel García Márquez y más adelante me dispuse a conocer otras obras del mismo autor y de otros autores latinoamericanos. Por cuestiones personales y académicas, empecé a aventurarme en las lecturas de otro gran autor latinoamericano, Julio Cortázar, coincidiendo que tomaba clases de tango en mis ratos libres. Así que deje por un momento a Federico García Lorca y mi traje de lunares, y me adentré en el mundo argentino.
La
literatura de Cortázar es muy característica por sus elementos fantásticos que
el propio autor lo define así por falta de mejor nombre[1].
Bestiario, una colección de cuentos
publicados en 1952, o Todos los fuegos el fuego en 1966 y su
novela Rayuela de 1963, obra culmen
de su vida literaria, son prueba de ello. Pero no solamente Julio Cortázar se
distingue por su literatura fantástica en sus cuentos o en sus escritos, la
música ejerció una gran influencia en su vida y ese amor musical influyó en
algunas de sus obras. En Rayuela el
jazz es la música elegida que enmarca y acompaña a los protagonistas y en el
cuento Las Puertas del Cielo, donde
la obra en la que el tango cobra protagonismo y es el motivo de este texto, el
autor se aproxima a su cultura popular y subraya su argentinidad.
Para la
lectura del cuento Las Puertas del Cielo, añado el link donde
se encuentra el relato: http://literaturaeimaginarios.files.wordpress.com/2011/09/cortc3a1zar-las-puertas-del-cielo.pdf
¿Qué es el tango?
El baile del tango no
sólo se compone de música o melodía, sino que también es un compendio de escenificación
y sus textos, que contienen gran carga erótica, relatan pasiones y decepciones
amorosas. El baile se compone de un reparto de papeles entre un hombre y una
mujer: el hombre guía a la mujer y la mujer se deja llevar por el hombre, es
decir, que el hombre desempeña el papel dominante de la pareja [2].
Todo ello rodeado de ambientes sórdidos en los salones y burdeles de los
suburbios de la capital argentina en los comienzos del tango, que se sitúa
aproximadamente entre 1880 y 1890, y que escapaba de las normas morales
establecidas de la época. Por este motivo, en la sociedad argentina de finales
del siglo XIX y principios del XX, representaba el mundo perfecto de los
ladrones y maleantes con un propio lenguaje cifrado, el lunfardo. Aunque al principio el tango connotaba vulgaridad, ya en
los años veinte fue adaptándose progresivamente en la sociedad argentina, y esa
idea de baile “prohibido” cambió por completo hasta convertirse en una nueva
moda para los burgueses.
La
lengua del tango: el lunfardo
Los primeros tangos relataban esas
hazañas de los ladrones como válvulas de escape, pero después se fueron
cambiando los temas y se llenaron de sensualidad y de amores imposibles. 'El
lunfardo era un vocabulario de machos, propio del hablar sin barreras de
hombres que se ponen a contar sus cosas' [3]
Se sabe que los lunfardos eran al
principio ladrones que utilizaron un lenguaje diferente para codificar sus
mensajes y que la policía no les atrapase, por eso era una mezcla de
expresiones de inmigrantes de origen italiano. [4]
Percepción
de Julio Cortázar sobre el tango
Cortázar
disfrutaba del tango, e incluso cantaba y compuso varias letras de tango con
una gran dedicación. Julio Cortázar expresaba así su pasión: "...yo crecí en una atmósfera de tangos. Los escuchábamos
por radio, porque la radio empezó cuando yo era chico, y después fue un tango
tras otro. Había gente en mi familia, mi madre y una tía, que tocaba tangos al
piano y los cantaba... El tango se convirtió en parte de mi conciencia y es la
música que siempre me devuelve a mi juventud y a Buenos Aires".[5] En 1953, estando en París,
unos amigos dejaron a Cortázar una vitrola y unos discos de Carlos Gardel. A
partir de esa experiencia Cortázar evoca a Gardel en un precioso texto lleno de
añoranza y ternura. Para Cortázar sólo existe una forma de escuchar a Gardel,
no en directo, sino a través de una vieja victrola, en discos gastados
acariciados por la púa, en noches de verano, y cebando mate.[6]
Presentación del tango en el cuento Las Puertas del Cielo
Aunque en el cuento hay tres personajes
reconocibles, el tango se convierte en otro personaje más que es el que
completa a los personajes físicos y se convierte en el eje narrativo de la
historia. Las letras de los tangos hablan por los personajes y la historia
cobra sentido. En Las Puertas del Cielo
se presenta la historia de amor entre Celina, una mujer de estrato social bajo
que se dedicaba a la prostitución, y Mauro, un porteño de un estrato social
medio-bajo de origen italiano. Por otro lado, el narrador, un abogado de Buenos
Aires llamado Marcelo Hardoy, es el que nos presenta a esta pareja singular y
nos describe todas sus sensaciones que le evocan su amistad con la pareja y el
tipo de sociedad que asiste a bailar tango de Santa Fe Palace.
Los personajes de la milonga son
infravalorados y despreciados por el narrador, el doctor Marcelo Hardoy, que
sugiere esa idea de duelo criollo de fuerte carácter machista con
reminiscencias de la época colonial. Esos hombres bailan con mujeres y
necesitan esos encuentros eróticos gracias al tango y preservar la idea o la
norma social de la posesión antigua a la mujer. [7]
Mientras que en la milonga se cantan las canciones por dos artistas de tango,
el público asistente baila y el lector puede imaginarse el ambiente y los pasos
de baile imaginariamente:“Anita Lozano [… ] desde el palco, [… ] su estilo era canalla, necesitado de una voz ronca y sucia para
esas letras llenas de diatriba. “(Anita) se ponía a cantar quebrado, las parejas bailaban sin salir de su sitio
y se veía que escuchaban la letra con deseo y desdicha y todo el negado placer
de la farra. Las caras buscaban el palco y aun girando se las veía seguir Anita
inclinada y confidente en el micrófono” [… ] “ la violencia del baile, las corridas laterales y los ochos
entreverados en el medio de la pista”.
Además de la presentación social de los
personajes y la descripción del baile, el lector puede encontrar una segunda
interpretación que deja entrever la ideología y la postura del autor sobre los
hechos políticos de aquella época. Julio Cortázar estaba a favor de la
revolución cubana y fue muy escéptico con la Argentina Peronista. Emigró de
Argentina en 1951 y se estableció en Europa. Desde allí podía ver los
acontecimientos políticos e históricos desde otra perspectiva. Por ese motivo,
hay una interpretación política de su narrativa que los personajes del baile, descritos por el Doctor Hardoy como “monstruos” y que se identificaban con los
partidarios de Perón, los cabecillas negras, y debido a su auge invadían Buenos Aires y atemorizaban a la burguesía existente de la época. Por lo tanto, Las Puertas del Cielo es un cuento en
que al lector se le presenta las clases “cultas” frente al ascenso de las
clases populares durante la primera época del peronismo. El narrador lo siente
así recordando la figura de la amada de su amigo Mauro y expresando su repulsa
que le produce ver a los “cabecillas negras”. El autor lo aborda desde una perspectiva compleja y
permite en la voz del doctor Hardoy configurar una representación determinada
de la sociedad y transponer sus valores ideológicos en sus escritos.[8]
Sin embargo, al final de la trama se descubre que sólo Celina es la única que
puede entrar en el cielo, según la visión de Hardoy: “Era su duro cielo conquistado, su
tango vuelto a tocar para ella sola y sus iguales” […] ”(Mauro) que volvería agobiado y sediento
sin haber encontrado las puertas del cielo entre ese humo y ese cielo”
Julio Cortázar, como argentino que es,
intentó acercarse a la cultura cultural y musical de su país. Gracias a las
nuevas tendencias artísticas y narrativas del modernismo, Cortázar mezcla su
literatura con la música del tango y en su cuento incluye estrofas de las
letras y descripciones de los movimientos de los pasos de baile. De este modo,
consigue que los tangos enmarquen la historia del cuento Las puertas del cielo, dándole un toque genuino y acercando sus
raíces argentinas a todo el público hispanoamericano.
[1]
Cortázar, Julio, Algunos aspectos del
cuento, Casa de Américas (La Habana), 11, 15-16 (1962-1963), 3-14
[2]
Saikin, Magali,Tango und Gender.
Identitäten und Geschlechterrollen im Argentinischen Tango, 2004, Deutschland,
15
[3] Definición del lunfardo en el libro Panorama del lunfardo de Mario Teruggi, uno
de los investigadores del argot lunfardo
(Ebd. 182)
[4] (Ebd.183)
[5]
Cortázar, Julio
sobre el tango: http://untangoalsurdelaluna.wordpress.com/2010/12/09/julio-cortazar-y-el-tango/
(6.04.2013)
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