La Humanidad ha desarrollado con mucho detalle su relación con la naturaleza desde su aparición sobre la Tierra. El suelo, los animales, el agua, las plantas, las formaciones geográficas todas han tenido un lugar importante en su organización social y política - y naturalmente sobre su imaginación. A pesar de la distancia y de la imposibilidad de alcanzarlo de manera inmediata, el espacio exterior ha sido y seguirá siendo sin lugar a dudas materia científica y filosófica, artística y literaria - materia del presente, pero también del pasado, en rocas y fragmentos, tabillas y códices, tratados antiguos y posicionamientos arquitectónicos en ciudades antiguas. No fue otra cosa sino la relación con el Cosmos la que determinó monumentos como Stonehenge, la planeación urbana de Teotihuacán o simplemente el desarrollo de muchas disciplinas y ciencias. Que tan importante no sería nuestra relación con el Cosmos, que no fue sin la comprensión del espacio, la influencia del Sol y la Luna sobre el clima, que pudo darse el giro hacia la civilización sedentaria a través de la invención de la agricultura.
Si bien estrellas y cometas aparecen en referencias históricas y literarias de todo tipo (una de ellas, conocida por todos, la estrella de Belén en los Evangelios), no es sino hasta el siglo XIX y el XX que el espacio exterior es materia frecuentada por escritores y cineastas por igual. Un ejemplo paradigmático es Jules Verne, que imaginó con mucho atino que serían primero los norteamericanos quienes alcanzarían la Luna. Sobre este dato curioso, dicho sea de paso, algunos afirman que fue así solo por su aguda imaginación, otros que por mera casualidad - cuando probablemente Verne simplemente era dueño de una concienzuda noción geopolítica que le permitía ya "profetizar" que sería en el "nuevo" continente en donde podrían darse circunstancias para que el progreso científico, tecnológico y económico se diera con mayor rapidez (tal como lo había hecho Humboldt décadas antes en sus escritos de inicios de siglo).
Y es precisamente de Norteamérica de donde vienen las ficciones fílmicas sobre el espacio más presentes en la imaginación popular desde la década de 1960. Icónico es 1968, año de aparición de 2001: Space Oddissey. A partir de entonces aparecerieron muchas otras películas, libros, juegos de video, series de televisión, etc. donde el tema era la exploración del espacio, la colonización de otros mundos, o donde el Cosmos y sus infinitos planetas eran el telón de fondo de las acciones. También sun numeroso los ejemplos donde seres extraterrestres son los protagonistas y experimentan emociones y pensamientos humanos. Star Wars, Alien, Close Encounters of the Third Kind, Star Trek, Alf, etc. etc. Sin duda, me parece que en muchas ocasiones la representación de mundos exteriores es una expresión optimista del futuro de la Humanidad (Space Oddissey) o bien una fantasía imperialista de poder - la trascendencia del poder americano más allá de la Tierra, o la preponderancia de Estados Unidos sobre las fuerzas extrañas del espacio (Independence Day, de Roland Emmerich, del año 1996). En muchos casos también se trata de una crítica directa (o sugerida) al capitalismo, como sucede en Alien (1979), donde una corporación sacrifica la vida de sus trabajadores (los astronautas) en pos de obtener una potencial arma biológica (el temido monstruo). Si bien estas son interpretaciones que realizo ahora espontáneamente, no me parecen demasiado exageradas considerando que en aquella época la Guerra Fría estaba en su apogeo y el poder cada vez más creciente del capital privado sobre el interés público.
En 2014 fue mostrada en los cines la que creo es la primer película de ciencia ficción que, en muchos años, tiene un alcance más allá del público fanático y muy especializado de este género: Interstellar, de Christopher Nolan, con Matthew McConaughey en el papel protagónico. De este filme, lo que me parece más fascinante es el juego con las teorías científicas, en particular, con la teoría de la relatividad del tiempo y algunos principios de la física cuántica sobre el espacio - en concreto, la posibilidad del desdoblamiento de este. Más aún, a comparación con las ficciones sobre el cosmos que he mencionado líneas arriba, no hay grandes trazos de la arrogancia imperialista norteamericana, sino una profunda preocupación sobre el presente y el futuro de la Humanidad y, en general, de la vida en la Tierra: simbólico de esto me parece el hecho de que el último grano que le queda por cultivar a los humanos es el maíz - y este, base de muchas civilizaciones en América, está también por extinguirse, junto con el resto de los seres vivos, muertos de hambre y asfixiados por el polvo. Sin embargo, hacia el final, existe la esperanza de un nuevo mundo por colonizar donde la civilización continuaría: la Humanidad habría de nacer en la Tierra, pero no de morir en ella (es el lema de la película).
Si bien la exploración del espacio y la fascinación por éste, expresada en el cine, en la literatura y en la cultura popular, parecería un tema típico de los años setenta y ochenta, cuando tuvo su gran auge en las pantallas, ejemplos recientes tienen un interesante paralelo con lo que sucede tanto en la NASA como en la Agencia Espacial Europea - diariamente son decenas de científicos los que trabajan en el entendimiento de un mundo en el que, todavía, no podemos habitar, explorando planteas, cometas, estrellas, galaxias con sondas y telescopios. Pero interesantemente los pasos que ingenieros y científicos dan hacia los viajes interespaciales tripulados por humanos son cada vez más concretos: el 2 de diciembre de 2014, la NASA probó el cohete Orion, equipado con la tecnología que en la década de 2030 habrá de llevar misiones tripuladas por humanos hacia Marte - planeta del que, ahora sabemos, llegó a tener un mar con tanta agua como nuestro oceano ártico y en el que muy posiblemente haya habido vida. Como es del conocimiento público, ya desde hace una década existen robots en Marte compilando imágenes, pruebas, muestras y realizando experimentos que son enviados a la Tierra.
Será de un gran interés observar cómo se desarrolla la tecnología hasta entonces - y también ver cómo trabaja la imaginación de distintos artistas en el mundo y ver si, como sucedió con Space Oddissey, Viaje a la luna, etc., la realidad superó a las expectativas. O si estas terminaron por coincidir a la perfección con la realidad.